martes, 12 de julio de 2011

No quites de mí tu Santo Espíritu

Vuélveme el gozo de tu salvación, Y espíritu noble me sustente. 13 Entonces enseñaré a los transgresores tus caminos, Y los pecadores se convertirán a ti. Salmo 51:12-13

Siempre he pensado que no me hubiera gustado estar en la situación del rey David, mucho menos en lo que tiene que ver con la visita del profeta Natán para mostrarle su pecado con Betsabé. David fue un hombre que ganó todas las guerras, pero le faltó la más importante la guerra contra su autosuficiencia. Él creyó que nadie se había dado cuenta de su pecado, es más, intento solucionarlo por sus propios medios, pero cuan vana es nuestra justicia. Lo que más me llama la atención de este suceso es que muchos se dieron cuenta de lo acontecido y se siguen enterando, pues hoy en día leen su historia en el registro sagrado (2 Samuel 11-12).
Por otro lado me consuela saber que el pecado de David fue registrado con un propósito y es que ustedes y yo lleguemos a ser verdaderos misioneros del Señor. ¡Si, como lo oye! para que seamos predicadores efectivos y poderosos.
En el Salmo 51 David cuenta los pasos que dio para volver a tener el gozo de la salvación. Primero reconoció su pecado, después lo confesó pidiendo que sus rebeliones fueran borradas y que su pecado fuera limpiado (v.1, 2,7). Además pidió que Dios le diera un corazón nuevo (v. 10). Por último pidió que el Santo Espíritu de Dios no se apartara de él.
David reconoce que sin el gozo de la salvación no podrá predicar. Si Dios le da paz que anhela tener, no dudará un segundo en enseñar a los trasgresores los caminos de redención. Ahora “promete enseñar a otros la malignidad del pecado para que abandonen sus malos caminos y busquen misericordia y perdón...Gracias al ejemplo de David, muchos aprenderían que Dios concede misericordia a quienes abandonan sus pecados, sin tomar en cuenta las profundidades en que hubieran caído” (CBA, t. 3, 765).
Hoy es el día de decirle a Dios vuélveme el gozo de la salvación, siguiendo los pasos de David y te convertirás en un AMIGO DE ESPERANZA, que enseñe a los pecadores el camino de regreso a Dios y por el poder del Espíritu Santo, estos vendrán a los pies del salvador.

Autor: Juan Felipe Lascarro G.

No hay comentarios:

Publicar un comentario